Me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo, un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a 0 el hecho de que amanezcan con un aliento afrodisiaco o con un alirento a insecticida. Soy perfectamente capaz de soportar una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias, pero eso si, y en esto soy irreductible, no les permito, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar, pierden el tiempo conmigo